martes, 24 de marzo de 2009

Día 7: Ryokan - Onsen


Si, ya se que el viaje ha terminado, pero he ido dejando el día del Ryokan para hacerlo todos juntos y al final no lo hemos hecho así que me veo en la obligación de comentarlo. No podemos cerrar este blog sin comentar una de las atracciones del viaje: dormir en un Ryokan y tomar baños calientes en un Onsen.

Para quien no este familiarizado con los términos japoneses, como me pasaba a mí hasta hace un par de meses, decirle que un Ryokan es un lugar de hospedaje tradicional de estilo japones. Son similares a las casas que podéis ver en las series de dibujos animados japoneses (Doraemon, SinChan, etc). Y un Onsen son los baños calientes que tanto gustan a los nipones, consisten en piscinas (naturales o no) donde el agua esta practicamente hirviendo y la gente se baña desnuda todos juntos.

Un Ryokan es lo más tradicional que puedes encontrar para dormir en japón, son hoteles donde te tienes que descalzar antes de entrar, solo usarás tus zapatos cuando te marches de él. Duermes en un futón en el suelo y comes en mesas donde para sentarte al lado suyo tienes que hacerlo en el suelo. Un futón esta compuesto de colchón de futón (shikibuton), un edredón (kakebuton) y almohada (makura), es decir es como una cama nuestra pero en vez de estar elevada del suelo esta directamente sobre él. Durante el día en la habitación los futones están recogidos en un armario, es por la noche cuando vas a cenar cuando el personal se encarga de recoger la mesa central y las sillas (sin patas) para colocarte los futones en el suelo para dormir.

Una foto de nuestro futones:


Nosotros escogimos para nuestra experiencia un Ryokan que disponía de su propio Onsen y no en cualquier lugar, buscamos un Ryokan ubicado en algún paraje natural donde los baños fueran también naturales. Después de mucho buscar escogimos el parque natural de Hakone que está entre Tokyo y el monte Fuji. Es un paraje de naturaleza salvaje, lleno de vegetación y donde las comunicaciones se reducen a una carretera serpenteante y un tren antiguo que recorre los pequeños pueblos de la montaña.

Aquí tenéis el enlace de google maps de nuestro Ryokan.

http://maps.google.com/maps/ms?ie=UTF8&hl=es&msa=0&msid=107522665552506704813.000462f7ff93b2e084738&ll=35.244918,139.06256&spn=0.002979,0.010986&t=h&z=17

Para llegar a nuestro Ryokan tuvimos que coger un pequeño funicular que descendía por una ladera pues el pueblo se situaba en la zona alta de la montaña y el Ryokan estaba en la parte baja junto al rio del que obtiene el agua para el Onsen.

Aquí podéis ver como íbamos de cargados dentro del funicular y las vías por las que iba el mismo.





Cuando llegamos por la tarde al ryokan , nos estaban esperando el personal del hotel, te tratan como un señor y desde el primer momento empiezas a sentirte como en casa . Todo esta cuidado al más mínimo detalle.

Trás una explicación del uso del onsen, donde debíamos llegar pantuflas y donde debíamos ir en calcetines y una vez cambiada nuestra ropa por la yukata (kimono) fuimos a cenar. La verdad es que quitando a Nacho al resto el tema de la comida se nos atragantó un poco (o bastante). Es alta cocina japonesa y eso significa pescado crudo, sopa de pescado crudo, bollo de pescado crudo, etc, etc.

Durante nuestra estancia allí tuvimos a una persona que se encargaba de ponernos la comida, servirnos y mostrarnos como se debían comer las cosas (que no es tan sencillo).




Esta es una foto del primer plato de la cena que nos sirvieron, luego vinieron unos 3 más y todos de pescado crudo en sus distintas variantes (con verduras, con arroz, sin él, en sopa, en forma de pastel).



El desayuno no era muy distinto, más pescado... aquí una foto del desayuno. Lo que había en los frascos cerrados era más pescado ya sea crudo, en sopa o en forma de bollo.





Obviamente hicimos uso del Onsen del hotel, tanto del interior como del exterior (disponen de dos Onsen). La verdad es que es algo muy relajante y si te gusta el agua hirviendo incluso bastante placentero. Tanto si te gusta como si no saldrás de él como una gamba... rojo, rojo, rojo.

Como todo en este país tiene su ritual y los baños calientes no son menos, no son para lavarse como uno puede pensar, sino para relajarse, así es obligatorio antes de meterse en el onsen darse un baño con agua y jabón sentado en una sillita y con echándose agua con un barreño (los que hayáis visto dibujos animados japoneses sabréis de lo que hablo). Una vez fuera del onsen es necesario volverse a dar una ducha para quitarse las sales minerales que tiene el agua del onsen. Como comentaba antes los hay naturales y artificiales, el nuestro era prácticamente natural, el agua procedía del río que pasaba justo al lado y la piscina era exterior echa con piedras del rio. Para muestra una foto del mismo.



La verdad es que ha sido una experiencia inolvidable, creo que si uno va de viaje a japón es obligado pasar al menos una noche en un lugar como este, es un ambiente totalmente distinto al que encontrarás en una gran ciudad o en un hotel de estilo occidental.

Espero que lo probéis algún día. Muchos saludos y kampai!





p.d: las fotos de esta entrada son de Nacho y Ser.


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